lunes, 24 de marzo de 2014

LA MUJER Y LA HISTORIA QUE NO LA RECONOCIÓ


Así sería el metro si la historia reconociera a las mujeres

La artista Silvia Radelli imagina un metro de París donde todas las estaciones tienen nombre de mujer.

Por: Aarón Biel, sábado 22 de marzo de 2014


Tiempo atrás la opinión pública se echaba las manos a la cabeza cuando se anunció que las estaciones de metro en Madrid, y luego también en Barcelona, venderían sus nombres a las marcas. Independientemente de la pertinencia o no del gesto, aquella historia contenía una batalla de antemano perdida: el espacio público pertenece a los ciudadanos, y como tal resulta muy complicado tratar de dirigirlo desde arriba. 

A fin de cuentas, por mucho que la estación se llame Vodafone, el grueso de la ciudad seguirá llamándola Sol. El mejor ejemplo de este fenómeno lo contemplábamos esta semana en China: da igual que quieras reunir a un millón de personas en un espacio, las ciudades las construyen sus usuarios.

La artista Silvia Radelli quiso dar un paso más allá, y preguntarse cómo serían las ciudades si la historia hubiese reconocido debidamente a las mujeres. El resultado fue Métroféminin, un rediseño del plano de metro de París en donde todas y cada una de sus paradas tienen nombre de mujer: aquí no hay espacio para Victor Hugo, ni para Alejandro Dumas ni para De Gaulle ni para St. Denis. Sólo para Jane Austen, Virginia Woolf, La Pasionaria, Simone de Beauvoir o Simone Weil. Dice Radelli que su propósito era presentar “otra historia del mundo”. Y la verdad, ese podría ser un mundo mejor.

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